lunes, 11 de enero de 2016

La distancia en el ser

Escribe: Diana Vásquez Villanueva

Desde que nacemos, estamos condenados a vivir en compañía de otros, con más o menos historias que nosotros. Entre ellos, están las personas que nos moldean desde lo más profundo de nuestra (sub)conciencia y otros, que por más que estén más “cerca”, no pintan muchos matices en nuestra forma de ver la vida. 

Está de más decir que el impacto que tengan distintas personalidades en nuestra realidad depende de cómo nosotros decidamos tomar la relación con ellas, lo cual curiosamente ha sido influenciado por muchas circunstancias de nuestro pasado. Sin embargo, creo que es un punto desde el cual se puede partir con comodidad.

¿Dónde empieza uno y termina el resto? ¿Qué significa la distancia entre dos personas?

Solos. Autor: Ricardo Siri Liniers

Me resulta bastante fascinante la idea de que, sin querer queriendo, dependamos tanto de nuestras relaciones con el “resto”. Dicen que, muy adentro, estamos solos, pero muchas veces las más mínimas reacciones observadas y palabras escuchadas pueden romper todos los supuestos. Cada sociedad construye una serie de prejuicios en torno a ciertos grupos humanos, que uno interioriza mientras va creciendo. Pero, llega un punto en el cual tenemos pequeños o grandes golpes de realidad que nos desprenden de ellos. Y es ahí donde dejamos de ser “nosotros mismos” un segundo y cambiamos, dejamos una parte de nuestra vida atrás para asumir otra forma de entender el mundo que nos rodea.

Yo creo que uno está más cerca de quienes causen mayores impactos en su vida, a pesar de que es difícil medir ciertas distancias y aunque la otra persona no sepa lo importante que ha sido para ti. Por lo tanto, me atrevería a decir que la distancia entre dos personas se mide en términos de la importancia que tenga o haya tenido una en la vida de otra. Siempre estaremos más cerca de nuestros amigos más “íntimos” o de ese profesor que nos enseñó mucho más que un curso o de nuestros padres o quien nos haya criado desde que vinimos al mundo.

Pero, también creo que hay muchas personas que de las formas más inesperadas, son las que más nos cambian. Hace unos meses, estaba en un bus y escuché a una mujer diciéndole a su hijo que una sonrisa es el regalo más bonito que se le puede dar a alguien. Realmente, no tengo idea de quién es y viceversa, pero creo que nunca me voy a olvidar de esa escena. En su momento recordé muchas cosas que me habían pasado y que había visto. Tal vez solo dijo algo que siempre había intuido, pero todas formas, lo puso en una perspectiva tal que me hizo reflexionar y puedo decir, sin lugar a dudas, que aparte de darme un momento de sincera felicidad, me cambió un poquito la vida.

Passeig de la Ciutadella - Valencia, España

Por otro lado, en este punto, uno puede empezar a preguntarse sobre el rol de la distancia física en la verdadera distancia entre dos personas. Algunas veces es inevitable, otras, la elegimos. En principio, cuando la física se interpone, no hay demasiado que hacer, solo cargar y vivir de recuerdos de los momentos en los que esa otra persona nos hizo lo que somos ahora. Pero, cuando por cualquier motivo la elegimos, estamos iniciando una distancia que va a ir mucho más allá de la física, a tal punto que esa decisión será la única que nos unirá con la otra persona. Entonces, ¿estaremos más o menos lejos que antes? No lo sé, por eso decía que creía que había distancias difíciles de medir, pero depende de cómo lo vea cada uno, en realidad.

Al fin y al cabo, cada uno sabrá estar más cerca de quienes más quiera seguir aprendiendo. Al menos para mí, entre muchas cosas, de eso se trata la vida.


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