Escribe: Gonzalo Torres
En una clase de quinto de secundaria cualquiera (digamos del Perú), se plantea debatir acerca de qué carrera estudiará cada uno. Para iniciar la discusión, el profesor le pregunta a un alumno al azar:
- ¿Qué quieres estudiar?
- Economía – responde el alumno.
- ¡Muy bien! Pero, cuéntanos: ¿por qué quieres ser economista?
- Bueno, es que ... después de estudiar Economía creo que tendré la capacidad suficiente para entender las implicancias que la coyuntura económica acarrea y con ella podré tomar mejores decisiones en cualquier actividad de negocios en la que me quisiese involucrar.
- ¡Suena interesante! (?) Pero sigo sin entender. Te pregunte por qué quieres ser economista, y tú me has respondido lo que ser economista te va a permitir hacer. ¿Para qué quieres poder hacer todo eso?
- Para ganar plata – contesta el alumno, al fin, tras dudar un momento.
- ¿Y para qué?
- Para ser feliz.